Acción y efecto de corromper a alguien regalándole un aparato culinario cerrado en cuyo interior se asa, calienta o gratina. Pero un alimento, no quien recibe el regalo. Se asa el alimento. Y es mejor así, porque comer cosas corrompidas no es bueno, y asar, calentar o gratinar algo que no te vas a comer es un gasto tonto. ¿No?
No hay comentarios:
Publicar un comentario