21/1/16

SABOREARTE

Costumbre hedonista que lleva a algunos aficionados enfervorecidos a chupar, mordiaquear y paladear cuadros e incluso esculturas. En el colegio se comian las tizas.

1 comentario:

  1. No me extraña aquella costumbre de un viejo profesor en Bellas Artes que nos solía atizar en el lienzo cuando, desde su estrado y con absoluta precisión, preparábamos brebajes con la esencia de trementina y algo de güisqui; un sabor raro al principio pero luego el asunto siempre prometía divagaciones plenamente abstractas llenas de dragones y otros tipos de inexistencias. Algunos se ponían ciegos y de ahí el tanteo de la obra, en lo tocante. A algunos les gustaba más que a un tonto una tiza... :)))´
    [Para cuando se tercie y haga mejor tiempo nos tomamos otra buena lámbica]
    Saludos

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